Un Romeo no tan típico


Cuando por primera vez tuve Crepúsculo en mis manos, no se me pasó por la mente que ese libro que parecía tan inofensivo, fuera a transformarse en lo que es ahora: un boom de publicidad, un fenómeno mundial, como dicen.
Lo leí cuando iba en primero medio, cuando pocos lo conocíamos, lo que me hace sentir ciertamente orgullosa. Pero eso es harina de otro costal; de lo que hablaré es precisamente de una de las causas de que Crepúsculo sea un fenómeno.
Esta es, sin duda, una de las razones por las que gusta leer libros; la diversidad de los personajes, y la maravillosa forma en que un autor hace que se desenvuelvan.
Ya, basta de preámbulos. Para aquellos que no hayan leído este libro ni visto la película, les diré que Crepúsculo, de Stephenie Meyer, se basa en una relación de amor prohibida. Una humana común y corriente -y debo recalcarlo, común y corriente- y un vampiro espectacular -en todo el sentido de la palabra- se enamoran, con el gran conflicto de que él se muere por beber la sangre de ella, que le resulta irrevocablemente irresistible (más que la del resto de los otros humanos).
Edward Cullen es, en apariencia, un chico muy guapo de diecisiete años. Va al instituto en Forks junto a sus otros cuatro hermanos (todos adoptados por el doctor Cullen) y nunca habla con alguien que no sea de su familia. Todo eso hasta que aparece Bella Swan, la chica nueva venida desde Phoenix, quien cambia su mundo por completo.
Edward, quien en realidad es un vampiro de ciento ocho años, se enamora de ella de una forma horrorosamente mazoquista. Tiene que soportar todo el tiempo el deseo de morder el cuello de su amada, pero aún así, en todo el transcurso de su historia se contiene... su amor supera todas las barreras de su cuerpo.
Pero su condición vampírica no es lo único con lo que Edward tiene que luchar. Él mismo se priva de cualquier acercamiento a la gente; como Bella lo descubre, Edward se esconde a sí mismo bajo una máscara de dureza e indiferencia. En el fondo, es un chico tímido y como cualquier otra persona, sólo que en este caso su piel es blanca y dura como el mármol, su voz es aterciopelada y atrayente, al igual que su rostro y su cuerpo en sí.
Edward y Bella arman una de las historias de amor más famosas entre las adolescentes como yo, y es con justa razón. Todas nos enamoramos de este vampiro y nos sentimos como Bella; a mí me mostró otra perspectiva del amor, más puro, más complejo. Un romanticismo que no era como las películas cursis ni como las teleseries que ve mi abuela después de almorzar, algo completamente diferente.
Crepúsculo, como libro, es realmente bueno y recomendable. Yo lo recomiendo, chicas y chicos, léanlo y enamórense. Pero por sobre todo, recalco la complejidad en un personaje como Edward, que es otro enamorado en la literatura que vive una guerra consigo mismo por Bella.
Chicas, enamórense de Edward. Chicos, copien algunos trucos :)
Así que ahora les dejo un video con la canción oficial de la película... y la letra de una canción que expresa los sentimientos de Edward, escrita por Robert Pattinson, quien interpreta a este personaje en la película.



¡SALUD!

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